Por entonces, Horneck era una joven investigadora alemana a la que
muchos tomaban por 'loca'. Trabajaba en un campo nuevo y marginal que
después se llamaría astrobiología. Era una disciplina que intentaba
entender si la vida pudo surgir en otros planetas igual que había
surgido en la Tierra y saber si esta evoluciona igual que lo hace en
nuestro planeta. Su primer estudio de calado era un experimento para
estudiar el impacto de la radiación en microbios terrestres que iría a
bordo del Apolo 16. Mientras su grupo preparaba el experimento, con 200
pequeñas bandejas llenas de microbios que recibirían el bombardeo de las
partículas solares y cósmicas, un enviado de la NASA estuvo presente en
todo momento. Cuando por fin se terminó el ensamblaje, aquel hombre
metió el experimento en el maletín, se lo ató a la muñeca con unas
esposas y se lo llevó a EE.UU., según recuerda Horneck más de cuatro
décadas después.
Desde entonces la astrobiología se ha convertido
en una disciplina respetable para las agencias espaciales y la
comunidad científica que busca lugares aptos para la vida en otros
mundos dentro y fuera del sistema solar se ha multiplicado. Horneck ha
contribuido a este campo con importantes descubrimientos, como que los
microbios pueden sobrevivir a la radiación espacial si les cubre con una
capa de polvo de apenas un centímetro. Aunque lleva nueve años
retirada, Horneck sigue siendo asesora de varios grupos científicos en
el Instituto de Medicina Aeroespacial del Centro Aeroespacial Alemán,
donde desarrolló gran parte de su carrera y del que fue vicedirectora
durante siete años. También es una acérrima defensora de crear parques
nacionales en la Luna y en Marte para preseservarlos de la actividad
humana. De paso por Madrid para impartir una conferencia en la Fundación
BBVA, Horneck explicó a Materia su visión sobre la búsqueda de vida en
otros planetas, las futuras colonias en la Luna o Marte y las misiones
sin retorno al planeta rojo, que no ve viables hasta dentro de 100 años.
Pregunta. ¿Qué posibilidades hay de que una misión espacial humana extinga la vida en Marte?
Respuesta.
Es un problema serio. En los 70, cuando se envió la misión Viking a
Marte, se esterilizó toda la nave. Fue puesta en un horno para reducir
la carga de microbios residuales cuatro órdenes de magnitud. Tenían unas
300.000 esporas bacterianas (etapa inactiva de algunas bacterias) y lo
redujeron a 30. Ese es el número mínimo que probablemente no se pueda
reducir. Viking mostró que Marte no tiene tantos microbios en la
superficie como se pensaba. Y aunque aún hay algo de discusión sobre el
tema, la visión mayoritaria es que no se encontraron microbios en las
muestras analizadas. Por eso se pensó que no había razón para ser tan
cuidadosos y la NASA fijó unos niveles de esterilización menos estrictos
que con Viking. Así que cada nave que ha ido a Marte desde entonces
tiene hasta 300.000 esporas bacterianas.
P. ¿Ya hemos contaminado Marte con vida terrestre?
R.
En principio sí. Pero si no perforas el subsuelo o vas a zonas muy
concretas donde crees que hay muchas posibilidades de que haya agua bajo
la superficie, el ambiente de Marte es tan tóxico que probablemente no
hayan sobrevivido. Esto con suerte. Hay zonas especiales de Marte que se
llaman regiones en las que podrían propagarse organismos terrestres,
por ejemplo, zonas donde hubo flujo de agua. Si vas a visitarlas con una
nave tienes que esterilizar ciertas partes. Por ejemplo, Phoenix tenía
un brazo robótico que se esterilizó y se envolvió para preservarlo hasta
después del aterrizaje.
P. ¿Esa contaminación puede suponer que la vida que se encuentre sea terrestre?
R.
Correcto. Pero todo está muy limpio. Si miras los análisis, siempre hay
un control para poder saber si lo que estás viendo es terrestre o no.
Creo que por el momento estamos bien. Además ha habido experimentos que
han demostrado que con los niveles de presión que hay en Marte los
organismos terrestres no podrían crecer en la superficie.
P. ¿Podremos traer de vuelta formas de vida de Marte a la Tierra?
R.
Si hay vida en Marte, creo que hay que estudiarla allí mismo. Cuando
traes una muestra de vuelta a la Tierra, haya o no formas de vida en
ella, tienes que asegurar que hay varios niveles de aislamiento para que
nada de la atmósfera de Marte o de las rocas pueda propagarse en la
Tierra. El límite es que nada mayor que 0,1 micras pueda escapar. El
análisis hay que hacerlo en un laboratorio BSL4, del tipo donde se
analizan los virus más patogénicos. Si hay pruebas de que existe vida en
Marte, no creo que la traigamos a la Tierra de esta forma. Hay además
razones éticas, morales y médicas que nos dicen que hay que analizarlos
in situ.
Es demasiado peligroso. Podrían ser virus. No creo que hubiera peligro
para la salud humana. Sería más peligrosa para la microflora de la
Tierra, por ejemplo.
P. ¿La radiación ya no es un impedimento para mandar humanos a Marte?
R.
Hay dos tipos de radiación. Una es la cósmica galáctica, que es
continua y de dosis muy, muy bajas, 10 o 20 veces más que en la Tierra.
Esta radiación probablemente no sea un problema. El límite para la
radiación es que la dosis no aumente en más de un 3% los riesgos de
morir de cáncer. Hay un estudio hecho por un colega japonés estudiando
el efecto cancerígeno de la radiación. Se ha hecho en India, en Kerala,
donde los niveles de radiación natural también son 10 veces más altos
que en el resto de la Tierra. Se ha visto que las dosis no aumentan la
incidencia del cáncer en esa zona. Es diferente si consideras gente que
sufrió Hiroshima o supervivientes del cáncer a los que se trató con
radiación. En esos casos las dosis son altas y muy frecuentes. Pero aquí
tienes dosis bajas en periodos de tiempo muy largo, unos tres años.
Probablemente haya que reconsiderar los cálculos sobre el cáncer porque
el cuerpo siempre puede reparar parte del daño en el ADN de dosis bajas
Por esto creo que hay que reconsiderar los umbrales para misiones
tripuladas a Marte. Después están las tormentas solares. Estas pueden
aportar dosis altas que podrían ser como Chernóbil e incluso ser
letales.
P. ¿Cómo se puede proteger a los astronautas?
R.
Primero, necesitamos predicción vía satélites que orbiten el Sol. En
las erupciones solares siempre hay primero un incremento de la luz solar
y después llegan los protones (radiación). Eso te permite avisar a los
astronautas. Y después necesitas un refugio. Este puede ser un refugio
mecánico. Por ejemplo poner todo el agua que tengas almacenada en torno a
un habitáculo pequeño donde puedas refugiarte por un día, por ejemplo.
Cuanto menos masa atómica, mejor. Si lo haces de plomo generarás mucha
radiación secundaria, en cambio el agua absorbe la radiación. Así que
puedes usar todo el agua que necesites para beber y el resto de usos en
torno al refugio. La otra opción es generar un escudo electromagnético,
aunque habría que saber si eso puede tener un efecto en la salud de los
astronautas.
P. La empresa Mars One planea en crear la primera colonia en Marte en 2023 ¿Cree que es viable?
R.
A veces todo va muy rápido. Creo que no hay problemas que no se puedan
resolver, pero hay que hacer mucha investigación. Hacerlo en 10 años es
muy improbable. Necesitas crear una infraestructura en Marte, necesitas
dos o tres misiones previas. Nadie sabe lo que puede suceder si la
industria se pone al mando.
P. ¿Cree que habrá minas en Marte o la Luna?
R.
Hay un tratado de la ONU que dice que hay que evitar la contaminación
de otros planetas. También está el tratado de la Luna, que no ha sido
firmado por muchos países, incluidos Rusia y EE.UU. El tratado quiere
que la Luna sea como la Antártida, que no pertenezca a nadie. Junto a
otro científico he desarrollado el concepto de los parques planetarios,
parques nacionales en la Luna y en Marte que deberían ser protegidos por
razones naturales o históricas. Pero creo que con el tiempo no podremos
evitar que la industria explote los recursos si los hay.
P.
China, que acaba de tener éxito enviando un robot de exploración a la
Luna, dice que su objetivo es buscar minerales ¿Cree que se podría
evitar que no cumplan los tratados?
R. China no ha
firmado el tratado de la Luna. No creo que podamos evitar la
contaminación de la Luna. Depende de si lo hace un Gobierno o una
empresa, pero en China las dos cosas son lo mismo, todo está en las
mismas manos.
P. ¿Qué opina de las misiones sin retorno a Marte?
R.
A largo plazo es viable pero no como primera misión, es imposible. Es
muy difícil mantener toda la infraestructura para una estancia de largo
plazo. Yo quiero ir a Marte y tengo la edad adecuada porque para cuando
aumente mi riesgo de cáncer ya estaré muerta. Pero creo que es posible
hacer una misión de ida y vuelta y por eso deberíamos hacerla. No iría
en una misión de solo ida. Hacerlo en condiciones solo será viable en
100 años.
P. ¿Cuándo habrá una misión que pueda
encontrar el primer ser vivo extraterrestre? Por ejemplo, Curiosity no
podrá hacerlo aunque la haya
R. Si una misión va a buscar vida tiene que estar completamente esterilizada. Eso lo haremos con
ExoMars,
buscaremos vida extinta o viva porque taladraremos dos metros bajo
tierra. Curiosity solo investiga habitabilidad. Es una simple cuestión
de dinero porque la esterilización cuesta unos 200 millones de euros.
Pero por ahora no hay ningún proyecto activo para encontrar actividad
microbiana en sí, como hizo Viking. Esos experimentos fueron excelentes y
tuvieron lugar en los setenta.
P. ¿Por qué acabaron en vía muerta?
R.
Fue una decisión de la NASA. Primero se dijo que habían encontrado vida
pero después un análisis demostró que no había compuestos orgánicos en
las muestras. La percepción pública fue tan mala que se redujo a cero la
financiación de proyectos de ciencias de la vida por dos años y
redujeron la exploración de Marte. A cambio se hizo la Estación Espacial
Internacional y el programa shuttle. La única manera de buscar vida
presente es buscar indicios de actividad microbiana. Los sofisticados
instrumentos de hoy como espectrómetros buscan minerales y moléculas
orgánicas. Pero eso no basta para decir que hay vida, debes probar que
hay microbios activos. Ni siquiera ExoMars podrá hacer eso y no hay
planes más allá de esta misión. Quizás los chinos lo hagan porque tienen
más coraje y además son fiables.
P. ¿Cree que China será el primer país en encontrar vida extraterrestre?
R.
Puede ser. Ahora hay colaboraciones entre Europa y China. Quizás se
pueda recuperar la competición de antaño e intentar derrocar el dominio
actual de la NASA.
Gerda Horneck (1939, St. Hubert, Alemania) es microbióloga por la
Universidad de Frankfurt.
Allí comenzó una carrera en el incipiente campo de la astrobiología
participando con experimentos en el Apolo 16, la estación espacial
Soviética Mir y más tarde en la Estación Espacial Internacional. Ha sido
vicedirectora y responsable de biología y radiación del Instituto de
Medicina Aeroespacial del Centro Aeroespacial Alemán (DLR), donde
desarrolló la mayor parte de su carrera. Parte de su trabajo se ha
centrado en la teoría de la panspermia.