La mayor de
todas las extinciones masivas ocurridas en nuestro planeta sucedió hace
unos 252 millones de años, justo al final del Pérmico. Durante ese
catastrófico evento, desaparecieron de la faz de la Tierra más del 96
por ciento de las especies marinas y cerca del 70 por ciento de las
terrestres, incluida la gran variedad de insectos gigantes que hasta
entonces habían dominado el mundo.
Hasta el momento, se han aventurado distintas hipótesis sobre las causas
de esta extinción en masa: el impacto de un asteroide, erupciones
volcánicas generalizadas, o incluso una sucesión casual (y fatal) de
cataclismos ambientales que terminaron por poner en serio riesgo la
existencia misma de vida en la Tierra.
Por el momento, y a falta de un consenso sobre las causas de esta catástrofe planetaria, un grupo de investigadores del
Instituto de Tecnología de Massachusetts
(MIT) se ha centrado en averiguar cuánto duró exactamente el periodo de
extinción, es decir, cuánto tiempo tardaron en desaparecer la mayor
parte de las especies vivas al final del Pérmico. La respuesta podría
dar pistas decisivas sobre el desencadenante de este trágico episodio
que los investigadores han bautizado como 'la Gran Mortandad'.
El
resultado de la investigación les ha dejado con la boca abierta. De
hecho, todo sucedió a lo largo de un periodo máximo de 60.000 años (con
un margen de incertidumbre de 48.000). Es decir, de forma prácticamente
instantánea, desde una perspectiva geológica. La nueva escala temporal,
muy inferior a lo que se pensaba, se basa en el uso de las más modernas
técnicas de datación, e indica que la mayor extinción de todos los
tiempos sucedió, por lo menos, diez veces más rápido de lo que los
científicos habían pensado hasta ahora. Los resultados de esta
investigación se publican en
Proceedings of the National Academy of Sciences.
"Ahora tenemos exactamente el tiempo absoluto y la duración de la
extinción -afirma Robert R. Shrock, profesor de Ciencias Planetarias del
MIT-. ¿Cómo puedes matar al 96 por ciento de todos los seres vivos de
los océanos en apenas unas decenas de miles de años? Una extinción
excepcional requiere de una explicación excepcional".
ACIDIFICACIÓN DE LOS OCÉANOSAdemás
de establecer el tiempo que duró la extinción, Bowring y sus colegas
también hallaron que, 10.000 años antes de 'la Gran Mortandad', los
océanos atravesaron un periodo de intensa emisión de carbono, reflejando
a la atmósfera una cantidad masiva de dióxido de carbono. Este cambio
dramático podría haber conducido a una acidificación generalizada de los
océanos, además de incrementar en más de diez grados su temperatura, lo
que llevó sin remedio a la muerte de la mayor parte de sus habitantes.
¿Pero
qué fue exactamente lo que provocó este aumento de dióxido de carbono?
La idea dominante entre los geólogos y los paleontólogos tiene que ver
con las extremadamente dañinas y duraderas consecuencias de una en las
'Trampas de Siberia', una región de la Rusia actual cuyas escalonadas
colinas son el resultado de repetidas erupciones de magma precisamente
en el Pérmico. Para determinar si, efectivamente, estas erupciones
provocaron un aumento masivo del dióxido de carbono oceánico, los
investigadores quieren ahora utilizar las mismas técnicas de datación
para estimar en qué momento se produjeron esas erupciones del Pérmico,
que llegaron a producir hasta cinco millones de km cúbicos de lava.
"Está
claro que cualquier cosa que fuera lo que desencadenó la extinción
debió de actuar muy rápidamente -asegura Seth Burgess, autor principal
del artículo que se publica en
Proceedings- . Lo
suficientemente rápido como para desestabilizar la biosfera antes de que
la mayor parte de la vida animal y vegetal pudiera adaptarse y
sobrevivir".
Previamente a este estudio, y tras un viaje a la
región de Meishan, en China, rica en rocas del Pérmico, Bowring publicó
en 2011 que la gran extinción no duró más de 200.000 años, un periodo,
sin embargo, demasiado extenso como para precisar las causas que la
desencadenaron.
Ahora, y para revisar aquellas estimaciones, el
equipo de investigadores ha utilizado técnicas de datación mucho más
sofisticadas, lo que ha permitido acotar mucho la duración del evento.
Gracias a ello, los científicos pudieron volver a analizar las muestras
de roca de cinco lechos diferentes de cenizas volcánicas del final del
Pérmico. Y el resultado fue un modelo mucho más preciso sobre la
duración de la mayor extinción conocida por nuestro planeta. Una
extinción que estuvo inmediatamente precedida por un brusco aumento del
dióxido de carbono en los océanos.
La nueva escala temporal
añade peso a la teoría de que el desencadenante de la extinción fueron
las erupciones volcánicas de las Trampas de Siberia, que liberaron una
cantidad masiva de elementos químicos, incluyendo dióxido de carbono,
tanto a la atmósfera como a los océanos. Con un tiempo de extinción tan
corto, Bowring cree posible que un único y catastrófico episodio de
actividad volcánica llevara al colapso casi inmediato de los ecosistemas
globales.
Para probar definitivamente si las Trampas de Siberia
son la "pistola humeante" de la extinción masiva, los investigadores
quieren ahora aplicar su método de datación a las erupciones mismas, y
ver si coinciden en el tiempo con el inicio de la Gran Mortandad.