El glaciar de Verne se derrite

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  • 3 sept 2012
  • José Almonacid Rojas
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  • En 1864 un desconocido escritor francés de 35 años, Julio Verne, publicaba su segunda novela, Viaje al centro de la Tierra, un paso más en su sueño de hacer literatura de divulgación científica.

    Se trata de una historia de aventuras con nutrida información geográfica y geológica que lleva a un malhumorado profesor universitario alemán, Otto Lindenbrock, a su sobrino y a su guía hacia el mismísimo núcleo terrestre, un lugar poblado de peligros y extrañas criaturas. Verne eligió con ayuda de mapas dos volcanes para situar su relato, uno para acceder al centro de la Tierra, el Snæfells (Islandia), y otro para salir de él, el Stromboli (Italia).

    Aunque nunca la pisó, las descripciones de Verne de Islandia y de la península sobre la que se yergue el majestuoso Snæfells casan bien con la realidad, pero el escritor cometió —¿quizá fuese consciente de ello?— un error: pasó por alto el enorme glaciar que desde poco después de su última erupción (en 1219) cubre todo el volcán, el Snæfellsjökull (jökull es glaciar en islandés). 

    Sin embargo, el calentamiento que desde hace años se percibe con fuerza en Islandia (especialmente desde mediados de los noventa) y que está causando el creciente deshielo de muchos de sus glaciares puede acabar dando la razón a Verne. Los islandeses, que cada verano reciben numerosas noticias sobre la merma de sus glaciares, se han sorprendido con que la punta del Snæfells ha quedado perfectamente visible. 

    Un geólogo islandés experto en volcanes, Haraldur Sigurdsson, es quien ha dado la noticia en su blog. Sigurosson sobrevoló en helicóptero el volcán para apreciar y fotografiar el avance del deshielo y hace tres días escaló a la cima para verlo de cerca. “Al igual que otros glaciares islandeses, hace ya muchos años que el Snæfellsjökull se está derritiendo y cada vez lo hace más rápido. En el último siglo ha mermado un 50%, pero este año hay más rocas visibles que nunca. Especialmente en el pico, cuya capa de hielo se ha derretido por completo”.

    No es moco de pavo. El 10% del territorio islandés está cubierto por glaciares. Y el Snæfellsjökull no es uno más. El volcán, que se levanta sobre una fina lengua de tierra como un flan, está rodeado por el mar y por un paisaje de un verde intenso. Es un lugar con mucho magnetismo, e islandeses tan respetables como el premio Nobel Halldór Laxness creen firmemente que desprende una energía especial. Algunos amantes de lo esotérico creen que es uno de los siete puntos energéticos (o chacras) del planeta. Además, en los días muy claros, el Snæfellsjökull es visible desde Reikiavik (no sucede más de una vez por semana), donde reside un tercio de los islandeses, siendo muy popular en el país.

    “Llevamos años viendo los efectos del calentamiento en los glaciares de toda Islandia, pero, este verano, las imágenes del pico del Snæfellsjökull a la vista han ayudado a atraer la atención al problema”, prosigue Sigurdsson, que calcula que la capa de hielo de este glaciar se derrite a un ritmo de 1,5 metros al año. “A este ritmo, entre 2030 y 2050 no quedará hielo”. Y, entonces, el ¿error? de Julio Verne no será tal.

    FUENTE: El País Digital

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