Mucho antes de que existiesen las pantallas planas y las plataformas con cientos de canales, la invención de un aparato cambió para siempre la forma de ver la televisión. El mando a distancia entró en los hogares de Estados Unidos gracias a Eugene Polley (Chicago, 1915), un ingeniero de la compañía Zenith Electronics que falleció el 20 de mayo a la edad de 96 años, según anunció su antigua empresa en un comunicado.
Polley llegó a Zenith, una firma dedicada a la fabricación de televisores, en 1935, y permaneció allí durante 47 años. Comenzó como mozo de almacén y fue ascendiendo peldaño a peldaño en la empresa. Llegó incluso a colaborar con el Gobierno de los Estados Unidos durante la II Guerra Mundial en el desarrollo de la tecnología de los radares.
En 1955, Zenith presentó el mando a distancia de Polley: el Flash-Matic, el primer dispositivo inalámbrico para los televisores. Este artefacto con forma de pistola emitía un haz de luz que, proyectado hacia unas células fotoeléctricas en las esquinas de la televisión, hacía que los canales cambiasen o se apagase el aparato. Se acabó el engorroso ejercicio de tener que levantarse para zapear.
El Flash-Matic solo fue el comienzo para el desarrollo de controles remotos. De hecho era un modelo muy mejorable, con muchos defectos. El más evidente es que cuando otro rayo de luz, por ejemplo del sol, daba directamente en la televisión, podía activar los sensores. Además, el usuario debía apuntar bien para que el dispositivo funcionase. Con todo, era mucho mejor que el primer mando a distancia comercializado por Zenith: un modelo con un cable que conectaba con el televisor y hacía tropezar a todo el que atravesase el salón.
Eugene Polley sentó, con su Flash-Matic, las bases para el desarrollo de un dispositivo a distancia mucho más evolucionado. Fue Robert Adler, otro ingeniero de Zenith, quien mejoró el sistema con el Zenith Space Command, un mando basado en el ultrasonido. Adler y Polley recibieron en 1997 el premio Emmy de tecnología de forma conjunta por ser los pioneros en el desarrollo de controles inalámbricos remotos.
Con la llegada del mando a distancia el telespectador dejó de ser cautivo del canal que estaba viendo y pasó a tener el control. Las cadenas de televisión tuvieron que cambiar la manera de programar las parrillas, tal como indica Zenith en el comunicado. El propio Polley tampoco restaba importancia a su invención: "El inodoro es quizá el invento más importante de la civilización, pero el control remoto es el siguiente. Casi tanto como el sexo".
La creación de Polley tuvo una vida más bien corta, el progreso y el rápido avance de la tecnología hicieron que el Flash-Matic fuese rápidamente suplantado por dispositivos más eficaces. Pero gracias a los descendientes de esos arcaicos artefactos de los años cincuenta, hoy se puede navegar por un sinfín de canales, controlar el volumen del televisor o, como decía la campaña publicitaria del Flash-Matic, evitar los molestos anuncios.
FUENTE:El País Digital
Polley llegó a Zenith, una firma dedicada a la fabricación de televisores, en 1935, y permaneció allí durante 47 años. Comenzó como mozo de almacén y fue ascendiendo peldaño a peldaño en la empresa. Llegó incluso a colaborar con el Gobierno de los Estados Unidos durante la II Guerra Mundial en el desarrollo de la tecnología de los radares.
En 1955, Zenith presentó el mando a distancia de Polley: el Flash-Matic, el primer dispositivo inalámbrico para los televisores. Este artefacto con forma de pistola emitía un haz de luz que, proyectado hacia unas células fotoeléctricas en las esquinas de la televisión, hacía que los canales cambiasen o se apagase el aparato. Se acabó el engorroso ejercicio de tener que levantarse para zapear.
El Flash-Matic solo fue el comienzo para el desarrollo de controles remotos. De hecho era un modelo muy mejorable, con muchos defectos. El más evidente es que cuando otro rayo de luz, por ejemplo del sol, daba directamente en la televisión, podía activar los sensores. Además, el usuario debía apuntar bien para que el dispositivo funcionase. Con todo, era mucho mejor que el primer mando a distancia comercializado por Zenith: un modelo con un cable que conectaba con el televisor y hacía tropezar a todo el que atravesase el salón.
Eugene Polley sentó, con su Flash-Matic, las bases para el desarrollo de un dispositivo a distancia mucho más evolucionado. Fue Robert Adler, otro ingeniero de Zenith, quien mejoró el sistema con el Zenith Space Command, un mando basado en el ultrasonido. Adler y Polley recibieron en 1997 el premio Emmy de tecnología de forma conjunta por ser los pioneros en el desarrollo de controles inalámbricos remotos.
Con la llegada del mando a distancia el telespectador dejó de ser cautivo del canal que estaba viendo y pasó a tener el control. Las cadenas de televisión tuvieron que cambiar la manera de programar las parrillas, tal como indica Zenith en el comunicado. El propio Polley tampoco restaba importancia a su invención: "El inodoro es quizá el invento más importante de la civilización, pero el control remoto es el siguiente. Casi tanto como el sexo".
La creación de Polley tuvo una vida más bien corta, el progreso y el rápido avance de la tecnología hicieron que el Flash-Matic fuese rápidamente suplantado por dispositivos más eficaces. Pero gracias a los descendientes de esos arcaicos artefactos de los años cincuenta, hoy se puede navegar por un sinfín de canales, controlar el volumen del televisor o, como decía la campaña publicitaria del Flash-Matic, evitar los molestos anuncios.
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