¿Puede un hongo microscópico cambiar la historia? ¿Modelar la identidad de un pueblo como ningún político o líder religioso haya logrado nunca? Por supuesto. Es lo que hizo el hongo que causó la gran hambruna irlandesa
En 1845, los agricultores de la isla empezaron a ver unas sospechosas manchas marrones en las hojas de sus patatas. En unas semanas se desencadenó una plaga capaz de arruinar la cosecha de un año entero en un país cuya dieta se sustentaba en este tubérculo. La hambruna duró hasta 1852 y se llevó un millón de personas por delante. Otro millón abandonó el país, dándole al pueblo irlandés su inconfundible identidad de emigrantes a su pesar. Casi 170 años después, Irlanda aún no ha recuperado los niveles de población anteriores a la plaga. Y todo por un hongo que, ahora, ha resultado ser un desconocido.
Hasta ahora, se pensaba que el culpable de la plaga era una variante conocida del hongo Phytophthora infestans. A pesar del adelanto de la tecnología antiplagas, este patógeno sigue siendo el mayor peligro para la patata y cada año arruina suficientes plantas como para alimentar a 80 millones de personas. Un equipo de científicos ha rebuscado en los cajones de dos archivos botánicos para rescatar hojas de patatas que murieron víctimas de la plaga a mediados del siglo XIX. Sus análisis publicados han identificado al verdadero asesino (indirecto) de un millón de irlandeses. Se trata de una variante del hongo hasta ahora desconocida y que ha sido bautizada como HERB-1.
Pero la culpa no fue sólo del hongo. "No hay pruebas de que esta variante fuese particularmente virulenta y parece que la explicación es en realidad que las patatas eran especialmente susceptibles", explica a Materia Detlef Weigel, investigador del Instituto de Biología Evolutiva Max Planck (Alemania) y coautor del estudio, publicado en eLife. Su equipo ha analizado plantas afectadas de Europa continental, Gran Bretaña, Irlanda y Norteamérica que datan del siglo XIX y que se conservaban en dos herbarios de Munich y Londres. El equipo ha extraído el ADN de las muestras y ha secuenciado el genoma del hongo, el primer patógeno de una planta cuyo genoma es secuenciado al completo a partir de muestras antiguas, dicen. Parte del equipo había secuenciado ya el genoma de patógenos históricos como la peste negra y de humanos prehistóricos como el neandertal.
En una famosa escena del Batman de Tim Burton, el Joker le dice al superhéroe algo así como: "Tú me hiciste como soy". Batman le responde: "Sí, pero antes de eso, tú me hiciste como soy". De la misma manera, el nuevo estudio apunta que, antes de que el hongo pudiese cambiar la historia de los humanos, los humanos cambiaron la historia del hongo. El ADN muestra que el patógeno, originario del valle de Toluca, en México, comenzó una rápida diversificación en el siglo XVI. Esa fue la época en la que sucedieron 'los primeros contactos' entre los conquistadores españoles y los pueblos de México. Esos contactos "pudieron potenciar la expansión del hongo p. infestans fuera de su lugar de origen", comenta el trabajo. A pesar de aquel contacto, el patógeno no llegó a Europa hasta tres siglos después. El ADN de la variante indica que esta apareció en el siglo XIX. "El patógeno viene de México y la patata de Suramérica", explica Weigel. "Parece que ambos se encontraron en EE.UU. en el siglo XIX, muy poco antes de la pandemia global", señala. El resto, es historia.
UN HONGO VIAJERO
El p. infestans es un hongo viajero. El estudio detalla cómo la variante que causó la hambruna irlandesa fue borrada después por otra variante, la US-1. La llegada de esta nueva variante pudo hacer incluso que la anterior se extinguiese, argumentan. "Este trabajo demuestra la posibilidad de recuperar el genoma de patógenos del pasado para interpretar plagas históricas en el contexto de las actuales", opina el genetista Carles Lalueza-Fox, que no ha participado en el estudio actual, pero sí participó en la secuenciación del ADN neandertal. "El estudio demuestra también la utilidad de los herbarios clásicos, que se convierten, gracias a las nuevas tecnologías de secuenciación, en inesperados reservorios de información genética del pasado", añade.
FUENTE: Materia Publicaciones Científicas
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